Ir sin tacones a una boda: consejos para novias e invitadas barefoot
Durante años, los tacones han sido casi obligatorios en los códigos de vestimenta de las bodas. Sin embargo, cada vez más mujeres se atreven a cuestionar esa norma y optan por una alternativa más consciente, natural y cómoda: los zapatos planos. Si eres novia o invitada y te planteas ir sin tacones a una boda (sí, incluso a la tuya), este artículo es para ti.
¿Por qué elegir zapato plano en una boda?
La respuesta es sencilla: comodidad, estabilidad y libertad. Una boda es un día largo, intenso y lleno de emociones. Estás de pie, caminas, saludas, comes, bebes y bailas. ¿Por qué hacerlo con los pies comprimidos y el cuerpo en tensión?
Para novias: sí, puedes ser novia sin tacones
Olvídate del mito de que una novia sin tacones no está lo suficientemente "arreglada". Hoy en día, hay opciones elegantes, minimalistas y sofisticadas en calzado plano que se integran a la perfección con vestidos de novia modernos, bohemios o incluso clásicos.
Unas Libertas en color blanco, crudo o en tonos metalizados pueden aportar ese toque especial. Además, caminar erguida, con los pies anclados y sin ningún dolor, te da una seguridad que ningún tacón puede ofrecer.
Para invitadas: personalidad sin altura extra
Como invitada, elegir zapato plano es también una declaración de estilo. Combínalos con vestidos midi, trajes fluidos o conjuntos de dos piezas. Busca materiales nobles, colores elegantes o detalles que destaquen.
Y si el evento es en el campo, la playa o cualquier superficie irregular, los zapatos planos no solo son una elección estética, sino también práctica.
En Libertas Barefoot creemos que la verdadera elegancia nace del equilibrio entre diseño, funcionalidad y conexión con el cuerpo. Por eso diseñamos calzado barefoot que puedas llevar en tu día a día… y también en días tan especiales como una boda.
Si estás buscando una alternativa con estilo y propósito, los zapatos barefoot pueden ser el detalle que transforme no solo tu look, sino también tu forma de vivir ese momento.
¿Y tú, te atreverías a casarte sin tacones?
