Universo barefoot
El pie del ser humano es una obra maestra de la biomecánica, capaz de realizar un sinfín de actividades, desde caminar y correr hasta saltar y bailar. Sin embargo, el uso de zapatos estrechos y rígidos anula su función natural, limitando su movimiento y afectando no solo la salud de los pies, sino también la de otras partes del cuerpo como las rodillas, caderas y espalda.
Las limitaciones del calzado tradicional han impulsado la búsqueda de alternativas más saludables como el calzado inspirado en los pies descalzos o calzado barefoot. Este calzado cumple principalmente con los siguientes requisitos: puntera adaptada a la anchura del pie, suela flexible y completamente plana.
Por ello, en Libertas Barefoot hemos desarrollado nuestro primer modelo, denominado Transition. Ha sido diseñado específicamente para facilitar el cambio de los zapatos convencionales a los minimalistas. Las Libertas respetan la forma y función natural del pie, permitiendo una mayor libertad de movimiento y promoviendo una corrección postural.
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Anchura del pie y Split-toe
El «hallux» (dedo gordo) desempeña un papel crucial en la locomoción del pie, proporcionando propulsión, estabilidad, apoyo y amortiguación. Al caminar, soporta el doble de presión que los otros cuatro dedos y contribuye significativamente al mecanismo necesario para la propulsión. Al separar el dedo gordo, optimizamos la biomecánica natural del cuerpo para que pueda cumplir eficazmente su función de tensor. Esto activa las estructuras de la fascia plantar y sostiene el arco del pie, contribuyendo así a la estabilidad del cuerpo y reforzando la base principal de apoyo.
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Suela flexible
La flexibilidad y la fuerza del dedo gordo son cruciales para una locomoción sana y natural; el pie humano está diseñado para impulsarse desde la parte delantera y el dedo gordo. Al tener una suela flexible, proporciona libertad de movimiento, permitiendo que los pies se fortalezcan de forma natural.
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Suela fina y totalmente plana
La conexión entre el cerebro y los pies se activa cuando sentimos el suelo. La parte del cerebro que recibe información de los pies es del mismo tamaño que la que recibe información de las manos. Eliminar esta retroalimentación confunde al cerebro; por eso, llevar suelas finas permite mejorar la capacidad de coordinación, aumentar el equilibrio y tener una conciencia sensorial más precisa. Además, al no tener ningún desnivel, la suela promueve una alineación postural correcta.