
La relación de los pies con el cerebro y cómo afecta andar descalzo
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Aunque a menudo pasan desapercibidos, los pies y en especial el dedo gordo cuentan con una representación exclusiva en la corteza cerebral. Esta conexión neuronal tan específica es clave para algo tan humano como caminar erguido.
Nuestros pies no son solo una base que nos sostiene: son una auténtica red sensorial. Están repletos de terminaciones nerviosas, incluso más que las manos. Estas pequeñas antenas captan información del entorno y la envían al cerebro en tiempo real, ayudándonos a mantener el equilibrio, a reaccionar, a movernos con fluidez.
De todos los dedos del pie, el dedo gordo cumple una función clave en el equilibrio y la propulsión del cuerpo. Su debilidad o rigidez puede alterar la forma en que caminamos, afectar el arco plantar y desencadenar múltiples problemas musculares y posturales. Por eso, fortalecerlo y devolverle movilidad tiene un impacto enorme en todo el cuerpo.
Pero hay un principio fundamental que conviene recordar: si no mueves los dedos como es debido, se atrofian. El principio de plasticidad neuronal indica que, si descuidamos la función natural del pie, esta conexión esencial con el cerebro se debilita con el tiempo aunque ¡la buena noticia es que se puede recuperar!
Cuando llevamos zapatos convencionales, estrechos, rígidos, elevados, nuestros sensores quedan adormecidos. El pie deja de sentir y de enviar información, y el cerebro recibe cada vez menos estímulos desde esa zona. Sin embargo cuando caminamos descalzos, se produce un efecto en cadena: los músculos se despiertan, las articulaciones se mueven con más fluidez, el cerebro recibe una avalancha de información sensorial en tiempo real y todo este movimiento retroalimenta positivamente al sistema nervioso.
Caminar descalzo mejora la coordinación, el equilibrio y la conciencia corporal. Pero no solo eso: activa músculos, lubrica articulaciones y revitaliza el sistema nervioso. Todo empieza con los pies, pero el efecto se siente en todo el cuerpo.
Ahora bien, no siempre podemos ir descalzos. Por ello, existe el calzado barefoot o respetuoso: diseñado para permitir que el pie se mueva, sienta y funcione como debe, sin interferencias ni restricciones. Es la mejor manera de reconectar con nuestra naturaleza, sin renunciar a la protección.
Links para más información:
- https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC11211751/
- https://correcttoes.com/blogs/blog/how-going-barefoot-affects-your-brain?srsltid=AfmBOoo2Tlkz6m-sgtoR2oY1jTe1JW_XD9lNgn9zwhgWGiBP2RoGqgvt